Fecha: 29/08/2024, 12:00:00 a. m.
Por estos días el tenis nacional cuenta con la visita de un hombre que ha su manera ha querido evolucionar o por lo menos desde otra visión totalmente valedera, mirar el deporte blanco desde otro ángulo. Marcelo Albamonte, un argentino nacido en Buenos Aires, contador de profesión y experto en matemáticas acompaña el Campamento Nacional Cosat que se cumple en el Club Militar de la capital de la república con 16 jugadores nacionales de las categorías de 12 y 14 años. Hoy la data, el paso a paso de los jugadores desde su proceso de formación, permiten hacer la hoja de ruta correcta de los tenistas del presente y el futuro.
Como buen argentino, seguidor del fútbol, en su casa hincha de la mitad más uno de Boca Juniors y por supuesto del ¨Diego de la gente¨ y la 'Pulga' Lionel Messi. Pero en su caso particular fueron más fuertes las raquetas que la 'pecosa', es por eso que jugó tenis desde niño y con el pasar del tiempo buscó su propia forma de aportar a este hermoso deporte como él mismo lo llama.
"Se me ocurrió que hay un montón de cosas en el tenis que no se ven, el 90 % está oculto. Siempre me gustaron las matemáticas y pensé que había puntos que se podían descubrir pero pocos me creían en ese momento, te hablo del año 95 y la verdad nadie pensaba que eso podría ser importante", asegura ahora en medio de risas Albamonte, cuando sabe que le ganó la partida a quienes no veían relación entre el tenis y las matemáticas.
Sin embargo, el destino y el trabajo arduo de Marcelo hicieron lo suyo, fue hasta el 2011 cuando comenzó a trabajar con Juan Martín del Potro, que las miradas de los expertos en el tenis se dirigieron al matemático argentino, al fin y al cabo si Del Potro le creía, por qué los demás no. "Cuando trabajas con alguien bueno, la gente ya comienza pensar que algo tiene que estar bien, eso es lo que hace al tener la oportunidad de estar cerca a una estrella como Juan", destacó Marcelo, quien además ha estado ligado a la historia del tenis colombiano, incluso en la actualidad.
"He tenido la oportunidad de trabajar en el 2014 con Santiago Giraldo, seguí una relación muy importante con 'Santi' y 'Pipe' Berón hasta el día de hoy y ahora trabajo con Nicolás Mejía, a quien ayudo en la Copa Davis estudiando a los rivales, aplicando siempre las matemáticas".
Su experiencia se ha sumado por estos días al campamento de la Cosat que se cumple en Bogotá aplicando la experiencia y el conocimiento de años con jugadores y profesionales de mucha trayectoria. Este es un espacio que se hace ocho años, pero es la primera vez que Marcelo Albamonte conforma el staff y precisamente en territorio nacional.
Antes que ser amante del fútbol o incluso del mismo tenis, Albamonte fue un matemático, hoy aún sostiene que no hay nada en lo que no vincule esa materia que a muchos no gusta. Un día llegó la idea de aplicarla al tenis entendiendo que no había un acercamiento estrecho tenis-matemáticas y pensó que si el baloncesto o el fútbol americano lo hacían, por qué un deporte como el tenis no.
"De la ITF me llamaron un día y me preguntaron por mi trabajo y eso de alguna manera fue abriendo la posibilidad de ir mostrando mi trabajo. En los eventos hacía la medición de datos y poco a poco comenzó a llamar la atención, lo que me llevó a trabajar con Juan Martín del Potro, posteriormente pude hacer la plataforma con la que hasta el día de hoy trabajo", destacó.
El análisis de datos, el seguimiento de cada aspecto desde lo mental, hasta el saber cómo afecta el comportamiento de juego y como se ve reflejado en los fríos números hoy más que nunca marcan la diferencia y esa es la tarea de Marcelo Albamonte.
"Esto te ayuda a controlar el juego, planificar, nos permite saber si alguien que tiene mucha habilidad está trabajando de la manera correcta, encontrar las mejores rutas de los buenos resultados, si bien no garantiza ganar, te permite señalar una ruta que te puede facilitar los resultados en cancha", destacó.
Ya son casi treinta años de Marcelo Albamonte sumandole matemáticas al tenis, es por eso y por sus resultados que tiene un camino hecho a base de credibilidad que le permite poder trabajar con tenistas como Nicolás Mejía, segunda raqueta de Colombia y quien bajo su concepto tiene mucho para crecer gracias a su excelente talento.
"Con Nicolás empezamos a principios del año pasado, siempre cuando trabajo mi contacto es con el entrenador porque es realmente el filtro y no podemos volver loco al jugador con información. Veo todos sus partidos, todo un análisis en la plataforma que tenemos, vamos viendo todo lo que va logrando y tenemos su línea de objetivos muy bien lograda", explicó y además sumó que:
" 'Nico' creo que tiene la habilidad de jugar contra cualquiera, ahora tienen que venir a jugar con los mejores y él cuenta con todas las condiciones técnicas para hacerlo, pero precisamente por tener tantas, hay que saber llevarlo. Él sabe que tiene para mucho más".
Un lujo contar con la presencia de Marcelo Albamonte llevando todas sus enseñanzas a los tenistas nacionales. Seguro cuando termine este campamento, los tenistas van a tener mucho más claro la importancia de las matemáticas más allá de la raqueta.
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